Júlia Gabriela Pohl dio sus primeros pasos en una propiedad ubicada en Giruá, interior de Rio Grande do Sul. La vida en el campo se tradujo en amor y orgullo por la profesión de sus papás, eternizando estos sentimientos en las fotos que celebran los 15 años de la jovencita.
Las fotos se tomaron en una plantación de soya, en la propiedad de sus papás Ana Roberta Mucke Pohl y Gelson Sidinei Pohl. Además de la puesta del sol, uno de los elementos principales del escenario fue el autopropulsado Imperador 2000.
El Imperador 2000 de Stara fue el elegido para mostrar lo cotidiano de la familia, además de propiciar un momento especial entre Ana Roberta, Gelson y los tres herederos: Júlia, Arthur (de ocho años) y Lorenzo (de seis años). Para Ana Roberta, la elección del Imperador 2000 y de la plantación, muestra el amor que la familia tiene por sus raíces. «No habría motivo en elegir un lugar que no tuviese relación con nuestra vida. Nuestra vida es la vida del campo», enfatiza.
Fue Júlia quien tuvo la idea de hacer la sesión fotográfica en la propiedad. «Una compañera hizo su sesión de fotos en la plantación y me gustó la idea. Como hacía poco tiempo que papá había comprado el pulverizador, me pareció súper». El homenaje hecho por la adolescente muestra el orgullo que tiene por la profesión de sus papás. «Me siento feliz viviendo en la propiedad. Esto es parte de la infancia que mis papás tuvieron y del trabajo que hacen en la plantación», nos dice Júlia.
En la agricultura, la evolución no está limitada solo a la tecnología implantada en las máquinas agrícolas. La vida en el campo viene transformándose los últimos años. «No se tiene más ese pensamiento de que vivir en el interior no es algo bueno. La vida en el campo nos da todo lo que necesitamos. Tenemos una vida tranquila. Siempre estimulamos a nuestros hijos a que le den continuidad a nuestro trabajo», nos cuenta Ana. Para Gelson, el futuro de la agroindustria está relacionado a la evolución. «Continuaremos invirtiendo en la propiedad y esperamos que la evolución siga dándose. Si el agro para, todo para», nos dice el productor.
La vida simple en el campo está conectada con la historia de Stara. «Siempre hemos tenido una relación excelente con Stara y la concesionaria. Somos muy bien tratados. Esta simplicidad marca una profunda diferencia: nos sentimos valorados». nos confiesa Gelson, que también cuenta con las plantadoras Cinderela y Victória, además de una sembradora Prima en su propiedad.
Conozca el Imperador 2000.