Una gran parte de los suelos brasileños tiene acidez alta, ocasionando que las raíces de las plantas absorban pocos nutrientes fundamentales, limitando el potencial de producción. La acidez del suelo varía según sus características y los procesos naturales. El aluminio es el elemento principal que hay en suelo. Al haber acidez en él, el aluminio impide el desarrollo radicular de las plantas.

La cal es una gran aliada para corregir el suelo, pues contiene agentes que neutralizan el aluminio y, en consecuencia, se proporciona más fósforo (P) y potasio (K). La neutralización se da cuando los índices de pH están dentro de la franja ideal para cada cultivo; generalmente alrededor de 5,5 o 6,5. Así, las raíces de las plantas absorben, con más facilidad, los nutrientes.

La aplicación de cal en el suelo es un manejo, entre otros hechos, que contribuye a la construcción de un perfil fértil del suelo. En consecuencia, esta mejor formación del suelo está directamente vinculada a un adecuado crecimiento del sistema radicular, ayudando a aumentar la productividad.

Cuanto más eficiente y uniforme sea la aplicación, mejores serán los resultados. Las tasas que exigen los suelos brasileños, varían entre 1000 y 6000 kg/ha, pudiendo ser superiores en áreas nuevas, en las que el suelo nunca recibió una corrección apropiada. La cantidad necesaria puede variar dentro de la misma parcela y, por eso, el productor puede usar la táctica de la tasa variable, aplicando tasas necesarias, según los mapas generados para distribución.

Es necesario repetir este manejo cada dos o tres años, pues el suelo tiene procesos naturales para la formación de la acidez, por ejemplo la descomposición de la materia orgánica, la aplicación de fertilizantes nitrogenados y las lluvias ácidas. Por ello, las condiciones del suelo deben seguirse de cerca.

Otro punto relevante, para aplicar cal, es el tiempo de solubilización; o sea, el período que le lleva a la solución a hacer efecto en el suelo, el que varía según el tipo de cal usada. Más específicamente, con respecto al tamaño de la partícula: productos que la ley brasileña denomina «Filler», tienen una eficacia más alta con relación al tiempo de reacción, pero, por tratarse de un producto leve, el viento puede cargarlo con facilidad, lo que exige más atención al momento de la aplicación.

Para asegurar una distribución eficiente y uniforme, Stara ofrece los distribuidores por gravedad Bruttus 12000 y Bruttus 25000. Con una excelente calidad de aplicación, tienen un coeficiente de variación inferior a 8 %, pudiendo variar según el producto y la condición del clima. Ya que la caída se da por gravedad, propicia aplicaciones de productos en polvo con bajísimos índices de deriva.

Los Bruttus 12000 y 25000 son los únicos distribuidores por gravedad autotransportables del mundo. Tienen chasis articulado, facilitando el paso por carreteras, tranqueras y puentes estrechos. El sistema de rodaje con balancín permite el mejor copiado del terreno, durante la distribución. Además de tener los rodajes ubicados debajo del tanque, facilitando el acceso para el suministro, los Bruttus 12000 y 25000 tienen neumáticos de alta flotación que evitan la compactación del suelo.

La desconexión de secciones, además de reducir el traspaso, evita el desperdicio de insumos y genera más ahorro durante las aplicaciones. Los distribuidores de la línea Bruttus cuentan con banda de goma que les da mayor precisión en la distribución. Un beneficio más está en el rascador del rollo, garantizando la limpieza de la banda transportadora de manera simple y rápida, aumentando la vida útil del sistema.

Entre las tecnologías integradas están la desconexión automática de secciones, la aplicación con tasa variable, siendo compatible con el Syncro y la Telemetría Stara. El Bruttus 12000 y el Bruttus 25000 garantizan la excelencia en la distribución por gravedad, para corregir el suelo y aumentar la productividad de la plantación.