La pulverización nos permite cuidar, preparar y mantener la calidad de las plantaciones y plantas durante todo el ciclo productivo, previniendo y controlando enfermedades, plagas y maleza.
La pulverización es la que permite que los agricultores produzcan alimentos de calidad, con producción elevada y a gran escala. Hoy en día, sin aplicar agroquímicos, esto no sería posible. Por medio de la pulverización, además de los agroquímicos, es posible aplicar fertilizantes para que se absorban de forma foliar, dando el soporte nutricional apropiado a las plantas en las etapas que estas más lo necesitan.
Pero, ¿qué es pulverización realmente? El concepto de pulverizar se trata de esparcir pequeñísimas partículas de producto diluido. La pulverización líquida consiste en generar gotas muy finas para cubrir la mayor parte del blanco u objetivo pretendido, obteniendo la mejor calidad posible. Por otro lado, en lo que es el manejo, debe elegirse una boquilla de pulverización adecuada, cantidad correcta de producto diluido y aplicarse en el momento oportuno, evitando pérdidas.
Los pulverizadores son las máquinas agrícolas más usadas a lo largo de las cosechas. En el cultivo de soya, por ejemplo, se hace una aplicación para desecar el área en la presiembra, llamada desmalezado químico, llevado a cabo antes de que la soya cierre las entrelíneas. Además, el pulverizador entra al campo de cuatro a seis veces durante el ciclo del cultivo para el control y prevención de hongos e insectos y, a veces, se hace una aplicación de desecante para homogenizar las plantas para su cosecha.
En el cultivo de algodón se hacen todavía más entradas con el pulverizador, un promedio de 20 veces hasta el fin de su ciclo, además de las otras veces que el pulverizador entra a la plantación durante el resto del año. Para garantizar la máxima eficiencia a la hora de la pulverización, evitando el uso excesivo de los productos y permitiéndoles ahorrar a los agricultores, la línea de pulverizadores Stara cuenta con el Sistema de Desconexión Boquilla a Boquilla, Sistema Línea Doble y Sistema Recirculante Continuo.
La Desconexión Boquilla a Boquilla ejecuta la desconexión automática de cada boquilla de pulverización cuando se detecta un área de la parcela donde ya se hizo la aplicación, evitando la superposición, eliminando el desperdicio y proporcionando un ahorro de hasta 5 % en agroquímicos.
El Sistema Línea Doble proporciona el mantenimiento del estándar de tamaño de la gota, volumen aplicado y presión del sistema. Los pulverizadores que tienen esta tecnología cuentan con dos líneas de boquillas de aplicación. Se monta un juego de boquillas con tasa de caudal menor en la primera línea, y en la segunda línea, con tasa de caudal mayor. De este modo, a bajas velocidades tenemos la primera línea trabajando sola. Cuando el pulverizador aumente la velocidad y la presión suba hasta el límite configurado, la primera línea se desconecta y se conectan las boquillas de la segunda. Si aumentase aún más la velocidad, existe la posibilidad de trabajar con las dos líneas a la vez, permitiendo aplicaciones con mayor amplitud de velocidad, mejorando el rendimiento operativo, sin modificar el estándar de pulverización, evitando subdosis, o sobredosis, y deriva.
Otro gran aliado para conseguir buena calidad en las aplicaciones, es el Sistema Recirculante Continuo. Los productos químicos, sobre todo cuando se usan en mezclas, pueden generar incompatibilidad de producto diluido o incluso, cuando dejados en descanso, se sedimentan dentro del tanque. El sistema funciona a partir del momento en que se acciona la bomba de pulverización. La circulación continua del producto diluido comienza en el tanque principal, recorre todo el circuito de barras y vuelve al tanque, sin detenerse. Esto hace que se tenga la homogeneidad de los productos, garantizando la misma concentración desde el inicio hasta el final de las aplicaciones.
Uno de los pasos más importantes para una aplicación de calidad es la elección correcta de las boquillas de pulverización. Cada boquilla tiene un patrón diferente de trabajo, generando diferentes tamaños de gotas. Con relación a la aplicación de los herbicidas hormonales, se exige, por ley, el uso de boquillas con inducción de aire, lo que genera gotas más gruesas para dificultar la deriva de dichos productos, pues pueden perjudicar los cultivos. Para los fungicidas, lo ideal es lograr una mayor cobertura de gotas en las hojas; por eso es recomendado usar una boquilla que proporcione gotas con tamaños más finos. Con esto, el profesional responsable debe recomendar la punta ideal para cada tipo de aplicación.
Antes de comenzar el proceso de pulverización, la máquina necesita estar debidamente ajustada y calibrada para ejecutar un trabajo eficiente. Un calibrado hecho de manera equivocada, o incluso no hecho, puede generar una serie de problemas, como aplicación de subdosis, aplicación de sobredosis, fitotoxicidad en la plantación, resistencia de la maleza y, sobre todo, pérdida de eficiencia.
Ejecutando todos estos pasos, se puede dar inicio a la aplicación de forma segura, confiable y práctica, pero siempre estando atento a las condiciones climáticas adecuadas para el producto aplicado, logrando la mejor eficiencia en los productos usados y cultivar resultados positivos al final de la cosecha.
Thomas Liska – Coordinador de Marketing de Producto de Stara
Lucas Henrique Luersen – Analista de Marketing de Producto de Stara